Mitos sobre la lactancia materna

 A pesar de ser lo más recomendable, la lactancia materna, como muchos otros temas de crianza, ha generado infinidad de mitos que aún perduran en el tiempo.



En pocos temas existe mayor consenso científico que en los beneficios de la lactancia, y es que según la OMS, la lactancia materna es el mejor alimento que le podemos dar a nuestros hijos de forma exclusiva desde el nacimiento hasta los 6 meses de vida y junto con alimentación complementaria hasta los 2 años o más.

A pesar de todo la lactancia como muchos otros temas de crianza ha generado infinidad de mitos sobre la lactancia que aún perduran en el tiempo. Así que hoy hablaremos con la evidencia científica en la mano y con mi propia experiencia como pediatra y madre que amamantó a sus dos hijos durante un año.

Hay leches buenas y hay leches malas.

FALSO. La leche materna siempre es buena. No hay leche mala, no hay leche de baja calidad, ni leche aguada, ni leche amarga. Toda leche materna en una madre sana, es buena por definición.

A veces la leche no les alimenta

FALSO. Siempre que hablamos de una madre sana, todas las leches maternas alimentan por igual porque sus nutrientes son los mismos. Si no hay una adecuada ganancia de peso no es por la calidad de la leche, hay que intentar averiguar dónde está el problema (mal agarre, mala técnica, frenillo lingual...)

La lactancia duele, acostúmbrate luego ya se pasa.

FALSO. La lactancia no debe doler y si duele hay que consultar y revisar ese agarre y esa boca del bebé. Si tiene frenillo que pueda interferir, cómo es el paladar, la mandíbula, la mama de la madre… etc.

Hay mujeres que sencillamente no producen suficiente leche.

VERDADERO. Hasta un 5% de mujeres presentan hipogalactia y por muy buena técnica que utilicen y por mucha información que les demos, su mama no llega a producir lo que el bebé necesita.

Para las grietas lo mejor es echarte tu propia leche y así se curan.

FALSO. Si las grietas son profundas y hay pérdida de tejido (grietas grado 3) las cremas y la propia leche podrían empeorar la curación. Si lo que hay es un enrojecimiento y grietas superficiales (grado 1 y 2), las cremas de lanolina o aceite de pepita de uva no empeoran pero tampoco hay una evidencia científica sólida que mejoren el cuadro. Lo que sí se debe hacer en todos los casos es lavar con agua y jabón neutro y secar al aire.

Y por supuesto, revisar la técnica para averiguar el origen de las grietas.

Mejor sacarte la leche para controlar lo que come.

FALSO. El mejor parámetro para saber si come lo suficiente o no es el peso del bebé. Si gana adecuadamente según los consejos de tu pediatra, no te preocupes. Si además hace 6-7 pipís al día, el bebé está tranquilo tras mamar, duerme entre toma y toma (sobre todo al principio) y tiene un adecuado desarrollo, puedes estar aún más tranquila.

Si tienes el pezón invertido no puedes darle pecho.

FALSO. Mama grande, mama pequeña, pezón invertido o pezón muy grande. Con un buen agarre no tiene porque abandonarse la lactancia materna.

Mejor darle un biberón hasta que me suba la leche, así no pasa hambre y no llora tanto.

FALSO. La leche “no sube” sola. Si no hay estímulo (succión del pezón por parte del bebé o del sacaleches, no hay leche. La succión del pezón es el estímulo más poderoso para fabricar leche. Si el bebé se engancha frecuentemente y succiona con una adecuada posición, la mamá fabricará leche, casi sin excepción. Solamente en un 1-5% de casos existirán mujeres con poca producción de leche (hipogalactia), en ese caso, tu pediatra valorará la necesidad de aportes extra. Cuanto más estímulo, más leche. Cuanto menos estímulo, menos leche.

Acaba de nacer y ya está enganchado al pecho; es un pérdida de tiempo porque no saca nada.

FALSO. Sí saca. Saca el calostro, esa leche inmadura pero rica en defensas que tenemos todas las mujeres cuando damos a luz. Aprovecha mientras estés en la maternidad a ponerte al bebé con mucha frecuencia; sólo has de preocuparte de eso, de que el bebé mame; de lo demás, nos encargamos nosotros. Si tienes dudas, si no se engancha, si la situación te supera, pide ayuda. Estamos aquí para hacer el camino algo más fácil.

A mí me dijeron que esto es pan comido y de fácil no tiene nada.

VERDADERO. No siempre es fácil. Hay lactancias que vienen rodadas, lo sé. He visto madres que sin apenas asesoramiento han conseguido lactancias fabulosas y he visto también madres que para conseguirlo han sudado gotas de sangre (y han llorado mucho). Ánimo a todas ellas, efectivamente no siempre es fácil. Buscad ayuda: familia, amigos, vuestra pediatra, matrona, enfermera, asesora de lactancia y los grupos de lactancia que hacen una labor inmensa rescatando lactancias que se daban por perdidas. ¡Apoyaos en nosotros!

Mira, acaba de nacer y ya te tiene de chupete

FALSO. Los bebés maman para alimentarse, pero también para consolarse, para sentirse protegidos y queridos. Para oler a su madre, para saborearla. Si le ofreces el pecho siempre que quiera, aunque no sea por hambre, no te equivocarás sobre todo al principio que aun os estáis conociendo.

Cuando llora y no sé que hacer, me lo pongo al pecho y se calma.

Pues claro que sí, adelante. Si hay algo en la crianza de mis hijos que más echo de menos es justamente esta: repetiría una y mil veces la experiencia. Que aunque dura, sacrificada, intensa y difícil es… irrepetible.


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Vacio

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